Según el Sr. Girard, "el cerdo ha existido siempre en el Pirineo y, en todos los casos, la especie fue siempre negra". La huella del Cerdo Noir de Bigorre es así, atestiguada desde la antigüedad, desde la época romana hasta el siglo XX, pasando por la Edad Media, especialmente en las numerosas abadías benedictinas presentes en Bigorra.
Criado en su tierra de origen, se alimenta con el máximo de recursos de su entorno natural.
Estos animales de pura raza se crían en las praderas, en prados compuestos de pastos naturales o sembrados de gramíneas (festuca, dactilo, ray-grass, bromo) y/o de leguminosas (trébol blanco, morado, encarnado, lupulina, alfalfa); así como, dependiendo de las temporadas, de frutos (bellotas, castañas, manzanas, nísperos,...) y otros recursos del medio, numerosas lombrices de tierra y otros moluscos que escarban en la tierra.
El relieve se compone de colinas, de valles horadados en sedimentos procedentes del Pirineo. Los suelos y el clima húmedo y suave aseguran un brote de la hierba prácticamente continuo, excepto durante un corto período invernal. Es capaz de revalorizar medios difícilmente cultivables (bosques, landas, praderas) y disfruta cuando hace calor, buscando la sombra de los castaños o de los robles.